Las catacumbas de Paris, el museo del horrror

22 11 2009

Muchos de vosotros habréis visitado Paris, la ciudad de la luz, y casi todos habréis subido a la torre Eiffel,  os habréis hecho una foto junto a la tumba de Jim Morrison o navegásteis por el rio Sena en los Bateaux-Mouches.

Pero debajo de esta increible ciudad se esconde algo mucho menos romántico. 300 kilómetros de húmedos túneles subterráneos cuyos muros están formados por los huesos y las calaveras de antepasados muy lejanos de los que caminan metros más arriba.

Catacumbas de Paris

Estos túneles se les conoce también como Les Carrières de Paris (las canteras de París), debido a que en su origen servían como canteras de piedra caliza para construir edificios y monumentos. A finales del siglo XVIII, debido a las epidemias que sufrió la población del distrito de Les Halles por la contaminación provocada por las fosas comunes, se decidió trasladar todos los huesos hacia la cantera. Se calcula que los huesos de más de 6 millones de cuerpos fueron trasladados. Se sabe que, entre esos huesos, se encuentran los de Moliere, Robespierre o Rabelais entre otros, pero, evidentemente, nadie sabe cuales son. Ya en el siglo XX, los túneles fueron utilizados por la Résistance francesa, y posteriormente los alemanes construyeron un bunker en su interior.

Huesos y calaveras adornan las paredes

Sólo una pequeña parte de los 300 kilómetros de galerías subterraneas se pueden visitar, el acceso a las otras zonas de las catacumbas esta restringido. A pesar de ello, hay «exploradores» que se adentran en los túneles en busca de aventuras y sensaciones únicas. Incluso hay una policia especial que patrulla las catacumbas, conocidos como cataflics. Hace años los cataflics encontraron el cadaver de un joven con una lámpara de aceite que se perdió allí dentro.

La entrada para los visitantes se encuentra en el Arrondissement 14, en la zona sur de Paris, cerca de la Place Denfert-Rochereau. El precio de la entrada es de 8 euros, aunque si eres menor de 26 años, te costará la mitad. Una vez pagada la entrada hay que descender 130 escalones a unos 22 metros de profundidad, en la entrada de las catacumbas nos encontrarmos con una inquietante inscripción que reza Arrète! C’est ici l’empire de la mort (Deténgase! He aqui el reino de la muerte). La zona visitable recorre unos dos kilómetros a través de galerías estrechas, huesos y letreros en latín o francés. Una vez llegado al final del recorrido nos encontramos a 16 metros de la superfície, por lo que hay que subir otros 83 escalones. No hace falta decir que esta prohibido robar huesos para llevárselos a casa como recuerdo, algo muy típico español. Aún así para los que se sientan tentados a ello, deberían saber que al final del recorrido hay un agente de seguridad que revisa las mochilas.

Estais advertidos

La visita, desde luego, no es un paseo agradable por el campo, así que no es recomendable para personas sensibles o niños, a los que obligan a ir acompañados de un adulto. La impresión de la visita puede llegar a ser tal que incluso cuentan con personal sanitario para atender a cualquier persona que le pase algo ahí abajo, incluso cuentan con un desfibrilador.

Para más información y mapas de situación visita http://www.catacombes-de-paris.fr


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